Su pelo rosa llamaba la atención, pero lo q la hacía realmente destacar era su belleza. Estaba al final de barra por lo q apuré la copa y me fui en su búsqueda entre la multitud. Al llegar a ella y tras el flirteo previo, nos echamos unas copa y unos bailes para posteriormente salir del local a fumar. Ahí sin tanto alboroto le expuse mi condición de Dom y ella, la suya de de sumisa y sobre su género.
No volvimos al local, dirigiéndonos directamente a mi hotel. Al entrar, el recepcionista no pudo dejar de mirarla hasta llegar al ascensor, llevaba un traje corto rosa…
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