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Tan solo la luz de una vela casi consumida en su totalidad alumbra la cena ya fría de la mesa. Doy otro sorbo a la copa de vino mientras me giro para observar las gotas de lluvia en el cristal con las luces de la ciudad al fondo.

Suena la llave que abre la puerta. Entras. Me miras. Callas haciendo un gesto de pedir perdón mientras te vas acercando lentamente.

Paras delante mía, y ante mí pasividad, te arrodillas pidiéndome clemencia. Tus excusas suenan tan vacías… Apuro el vino de la copa.  Agarro tu pelo, te abofeteó duro y seco. Giro tu cara para q observes la comida de la mesa. Tiro un trozo de carne al suelo. Te escupo la cara y te digo lo perra y …

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