Entras en el restaurante detrás de mí, con un impecable y espectacular traje negro, ceñido, que hace que todos te observen al pasar. Nos sentamos frente a frente. Disfrutamos de unos entrantes, plato principal, bañado todo por un exquisito Vega Sicilia. Nada más acabar los postres, saco una caja y te la entrego. La abres, en ella un collar de cuero negro y una argolla plateada. Te pones el collar, te encanta. Me levanto, me acerco, te beso los labios, mientras te engancho una cadena en la argolla. Me retiro ligeramente para tirar de la cadena con fuerza, haciendo que te tengas que subir en la mesa. Como en tu entrada en el local, hace que todos se detengan y claven sus ojos en ti…
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