Justo cuando se ponía el sol, llegamos a Trocadero frente a la imponente Torre Eiffel recién iluminada, bajamos hasta sus pies para los selfies y beso de rigor. Era el broche perfecto para una pateada q empezó pronto en Sacre Coeur, bajando Montmartre con la obligada caricatura que inmortalizase el momento. La Madeleine, el obelisco y subida por los campos Elíseos hasta el Arco del Triunfo. Con las correspondientes paradas para algún capricho, textil y culinario.
Ya de vuelta en la habitación, ordena que me q me quitase el vestido dejándome tan solo con el tanga rojo. En una de las tiendas, sin que me diera cuenta, me había comprado un collar rojo precioso. Me lo puso al cuello, y enganchó la correspondiente cadena plateada, obligándome a arrodillarme…
… abrazados, disfrutamos con champagne del skyline de Paris desde la ventana de nuestro Airbnb.
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